Tras leer la noticia del periódico digital El Español (clic aquí), me ha hecho de pensar y reflexionar bastante acerca de cómo serán los museos en un futuro (no tan lejano, pues están cambiando cada día que pasa).
Uno de los pioneros, junto al V&A Museum, es la Tate Gallery de Londres. El director de la Tate de Londres, Nicholas Serota, de tan solo 28 años, se ha convertido en la persona más poderosa del mundo del arte contemporáneo ¡y no es para menos! Pues inaugurará en los próximos meses una de las ampliaciones más ambiciosas del centro, al que se sumarán dos tanques de petróleo gigantes. Con este acontecimiento en el punto de mira ha señalado, punto por punto, las tareas de los museos para adaptarse a los nuevos tiempos: deberán ampliar las fórmulas y las formas con las que se relacionan con sus audiencias para cumplir con las nuevas maneras de interacción social.
La democratización del espacio museístico deberá ir más allá de la adquisición y la venta.
El concepto de museo se encuentra en constante evolución, impulsada por una combinación de visión curatorial, innovación artística y demandas de los nuevos públicos.
Sin un público activo y participativo no hacemos nada. Con lo que debemos buscar nuevas estrategias para llegarles.
El gran desafío es reconocer que el museo no es simplemente un lugar para la observación, la instrucción y la experiencia, también lo es para el desarrollo personal y el aprendizaje a través de la participación. Buscamos reflexionar sobre nuestra identidad, en nuestras relaciones con los demás y con el mundo. Por eso el museo es más como un laboratorio o una universidad. La comunicación digital nos permite enriquecer esta experiencia a través de la utilización de aplicaciones y teléfonos móviles en el sitio; puede preceder a la visita o utilizarse con independencia de la ubicación física. Esto requiere nuevos enfoques, nuevos tipos de publicación y nuevos espacios dentro de la institución preparados para la escucha y la respuesta, cuenta el director de la TATE.
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