Curiosamente a lo que hoy pensamos y hacemos, Napoleón en su afán estratégico y de conquista mandó a sus tropas colocar las herraduras al revés (con las ramas hacia adelante y la bóveda hacia atrás). Quizás lo hizo para despistar al enemigo, pero lo cierto es que una herradura invertida se ha de poner de acuerdo a unos conocimientos anatómicos y unos conocimientos de herraje moderno que los antiguos desde luego no conocían.
Ademas, el paso de un cuerpo de ejército de caballería no se disimula con un truco tan simple. Sí que en la Biblia se relata algo parecido: cuando la Virgen María y San José huían de Herodes y se dirigían a Egipto, le pusieron las herraduras a la burra al revés, con lo que despistaron a los soldados de Herodes; pero no es tan sencilla la teoría como simplemente colocar una herradura del revés. 😉
Las herraduras napoleónicas son sin duda las grandes…
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