AGUSTINA DE ARAGÓN
La defensora de los Sitios de Zaragoza era catalana…

Agustina Raimunda María Saragossa i Domènech, conocida de adulta como “La Artillera”, nació en Barcelona el 4 de marzo de 1786 en la calle dels Sombrerers.

Fueron sus padres Francesc Ramón Saragossa i Labastida y Raimunda Domènech i Gasull, ambos naturales de Fulleda (Lleida).

Agustina fue bautizada dos días después de su nacimiento en la basílica de Santa María del Mar de Barcelona, contigua a la calle donde nació.

Con 17 años Agustina contrajo matrimonio, en la iglesia de Santa María del Pí de Barcelona, con el cabo 2º del Primer Regimiento del Real Cuerpo de Artillería Joan Roca i Vilaseca.

Joan Roca era natural de Massanet de Cabrenys, un pueblecito perteneciente a la bonita comarca de La Selva (Girona).

Tuvieron un hijo, cuyo nombre se desconoce, que murió con pocos años de edad.
Joan luchó contra los franceses en la Guerra de la Independencia Española, coincidiendo en la batalla del Bruch con Isidre Llusá, el joven héroe de Santpedor más conocido como “El timbaler del Bruch”.

También participó en las escaramuzas de Esparraguera, Esplugues y Molins de Rei hasta que su nuevo destino le llevó a Zaragoza. En la ciudad maña, siendo ya sargento 2º, Joan se reunió con Agustina y el hijo de ambos de cuatro años.
Zaragoza se hallaba asediada por las fuerzas del general francés Charles Lefèbvre quien envió al general José de Palafox una propuesta de rendición.

Ante la negativa de éste, en la mañana del 15 de junio de 1809 las fuerzas napoleónicas iniciaron un ataque a la ciudad por los costados de: la puerta del Carmen, la de Santa Engracia y la del Portillo.


Después de continuos ataques, el día 2 de julio, el ejército francés logró abrir una brecha en la puerta del Portillo. Los defensores españoles sucumbieron bajo el fuego enemigo. Fue entonces, sin que nadie pudiera preverlo, cuando surgió la imagen de Agustina, una mujer de 22 años que, al igual que tantas otras, colaboraba con los que defendían las trincheras al pie de los baluartes, ya fuera proporcionándoles agua, alimentos ó municiones.
Un artillero, que se encontraba al cargo de uno de los últimos cañones que todavía seguía en pie, cayó muerto de un balazo en el pecho.
Agustina, sin tiempo para pensar, agarró la mecha que aún sostenía en su mano el artillero fallecido y la aplicó al cañón. Un grito desgarrador brotó de su garganta: ”Ánimo artilleros, que aquí hay mujeres cuando no podáis más”.

La inesperada sorpresa de la gran brecha que el cañonazo causó en el frente contrario, unido a la llegada de otra batería que en aquel momento se incorporó como refuerzo, obligó al enemigo a una precipitada y vergonzosa retirada.
Francisco de Goya y Lucientes, en su serie de los Desastres de la Guerra con el grabado titulado ¡Qué valor! , inmortalizó a Agustina disparando el cañón.


Cuando el general Palafox fue informado de la heroicidad de Agustina, una catalana de 22 años, esposa de un cabo 2º que, en aquellos momentos, se hallaba participando en las acciones de Belchite, quiso felicitarla y condecorarla en el mismo lugar donde se produjeron los hechos. Le concedió el distintivo de subteniente y el uso de dos escudos con los lemas de “Defensora de Zaragoza” y “Recompensa del Valor y Patriotismo”.

A partir de ahí nació el mito de “La Artillera” unido al de “Agustina de Aragón”.
Agustina continuó en su intento de defender la ciudad maña de los franceses y participó de forma activa en ello.
Tras un par de meses de gran resistencia, el 21 de febrero de 1809 Zaragoza se vio obligada a claudicar ante las tropas napoleónicas.
Agustina fue hecha prisionera y posteriormente liberada en un canje.
Durante todo este proceso, ya de de salud muy delicada, falleció su pequeño hijo.
Aprovechando la popularidad de su gesta recorrió gran parte del país, como animadora de los ejércitos.
Hallándose de nuevo en Zaragoza, en agosto de 1814 el general Palafox le envió un comunicado expresándole los deseos del rey Fernando VII de recibirla en la Corte para conocerla.

El 25 de agosto es recibida por Fernando VII para posteriormente viajar a Barcelona donde su marido, a la sazón subteniente, había sido destinado.
Allí nació Joan, su segundo hijo. El clima de la ciudad condal no le sentaba bien al vástago, por cuyo motivo, Joan Roca, solicitó y le fue concedido, su traslado a Castilla, concretamente a Segovia, donde llegaron en la primavera de 1817.
Dos años después, el 26 de septiembre de 1819, coincidiendo con su ascenso a teniente de artillería, Joan fue destinado a Valencia.
Tres años más tarde, el 12 de mayo de 1822, Joan solicitó su retiro a Barcelona, por enfermedad.
Joan Roca se debatía sin remedio contra la tisis, una enfermedad muy costosa. Su esposa, Agustina, no se lo pensó dos veces e hizo llegar a los estamentos superiores su precaria situación familiar.
Por Real Orden del 16 de enero de 1823 y merced a los excepcionales méritos contraídos por la heroína, se le concedió la ayuda solicitada.
Desgraciadamente de nada sirvió, pues Joan Roca falleció el 1 de agosto de 1823 en el Hospital del Seminario de Barcelona.
Sin solicitar la Real Licencia para contraer nuevo matrimonio, como era preceptivo por su condición de subteniente vivo de infantería, la viuda Agustina de 37 años de edad se casó en segundas nupcias, en marzo de 1824 con Juan Cobos Mesperuza, un joven médico alicantino de 26 años.
En Valencia, donde residía el matrimonio, nació su hija Carlota.
Agustina se acogió al Real Indulto de 17 de diciembre de 1830 solicitando su aplicación, al no haber pedido a su debido tiempo la Real Licencia para contraer nuevo matrimonio.
La familia se trasladó a Sevilla hasta el año 1847, en que su hija Carlota se casó con Francisco Atienza y Morillo, oficial 2º del Cuerpo de Administración Militar.
Francisco Atienza fue destinado a Ceuta, donde le acompañaron su esposa Carlota y su suegra Agustina.
En Sevilla se quedaron el marido de Agustina, Juan Cobos, y su segundo hijo, Joan Roca, a quien su padrastro cuidó con gran cariño y ayudó en sus estudios de Medicina.
De su estancia en Ceuta, existe documentación del año 1855, cuando Agustina ostentó el grado de subteniente agregado al Regimiento Fijo de Ceuta, con un sueldo vitalicio de 511 reales de vellón.

A causa de una bronconeumonía, Agustina falleció el 29 de mayo de 1857, a los 71 años de edad, en su domicilio de la calle Real (antes calle Soberana Nacional) nº 37 de Ceuta, siendo enterrada en el cementerio de Santa Catalina, departamento de San Cayetano, nicho nº 1.
Ese mismo año el Ayuntamiento zaragozano decidió trasladar su cuerpo a la ciudad aragonesa, pero no fue hasta 1870 cuando sus restos fueron enviados a la Basílica de El Pilar de Zaragoza, y posteriormente desde el 15 de junio de 1908, con motivo del Centenario de los Sitios descansan en la capilla de la Anunciación de la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, cuyo acto presidió el rey Alfonso XIII.

Una lápida en recuerdo de la traslación de los restos reza así:
“Aquí yacen los restos mortales de AGUSTINA ZARAGOZA, CASTA ALVÁREZ y MANUELA SANCHO. Descansen en paz las heroínas defensoras de Zaragoza. Este monumento les consagra y dedica la Junta del centenario de los Sitios 1808 y 1809”
www.youtube.com/watch?v=P55O-C4EB0c



Agustina está considerada como uno de los iconos más representativos de la resistencia contra las fuerzas napoleónicas.
Desde 1913, en la casa de Ceuta donde murió existe una placa en su recuerdo donde curiosamente figura su autentico apellido catalán, “Saragossa”.

La heroica gesta de los Sitios de Zaragoza fue inmortalizada en una jota bravía, que el tiempo se ha encargado de convertir en un canto a la libertad del noble pueblo maño.
“La Virgen del Pilar dice
que no quiere ser francesa,
que quiere ser capitana
de la tropa aragonesa” …
La excelente actriz Aurora Bautista encarnó el papel protagonista de Agustina de Aragón en la película que, dirigida por Juan de Orduña, se estrenó en 1950.

Aunque por exigencias del guión la película no se ajustó a la veracidad de los hechos, no es menos cierto que constituyó un gran éxito por parte del público y de la crítica de la época.
https://www.youtube.com/watch?v=nWmSaVPplDU

“Ánimo artilleros, que aquí hay mujeres cuando no podáis más”…
https://serranoguerra.wordpress.com/2014/11/01/agustina-de-aragon/
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