El duque francés de la Albufera

– El mariscal Suchet fue agasajado con un título nobiliario cuando consiguió conquistar Valencia en enero de 1812
– El ejército de Napoleón sitió por tercera vez la capital y después de tres días de bombardeo artillero doblegó la resistencia que dirigía el general  español Blake.
– Suchet no logró que le dieran el ducado de Valencia y se tuvo que contentar con el del lago.

A la tercera fue la vencida. En la guerra ‘del francés’, Valencia sufrió primero el asedio infructuoso del general Moncey en 1808, cuando tuvo lugar el famoso episodio del levantamiento atribuido a la llamada a la revuelta de Vicent Doménech, ‘El Palleter’. Luego llegó, en 1810, el primer sitio protagonizado por Suchet, que también fracasó. Pero Napoleón designó a Valencia objetivo de primer orden y el mariscal, que estaba al frente del ejército galo de Aragón, tras asegurar las plazas de Zaragoza y Alcañiz marchó con sus fuerzas contra Tortosa y desde allí hacia el sur.

El 21 de septiembre de 1811 entró Louis Gabriel Suchet en Castellón de la Plana y dos días después se plantó ante Sagunto, al frente de cuya defensa estaba el general Blake.

El día 24 hubo una batalla decisiva en el barrio dels Hostalets de Puçol (donde dice la tradición local que vivió la mítica Carmen de Mérimée), que ganaron los franceses por la indecisión de las fuerzas aliadas hispano-británicas a la hora de desplegar su ala izquierda. Y al ver esta derrota, los sitiados en Sagunto optaron por capitular.

A partir de ahí plantea el mariscal el asalto sobre Valencia, donde se encontrará de nuevo ante el mando defensivo de Blake, que volverá a claudicar. Pero Suchet decidió tomarse antes un respiro, a la espera de que le llegasen tropas de refuerzo y sobre todo cañones de mayor alcance, para preparar bien el asedio que se inició el 26 de diciembre, segundo día de Navidad.

El ejército francés montó una línea, con unos 33.000 hombres, desde el Grao de Valencia hasta Paterna, a lo largo de la ribera izquierda del Turia. Blake planteó la defensa, junto a los generales españoles Zayas, Lardizábal, Miranda y Villacampa, con otra línea en la orilla derecha, entre Mislata, Quart y Manises, más caballería de refuerzo entre Aldaya y Torrent. Las fuerzas aliadas eran menores, unos 26.000 soldados.

Como había pasado en Puçol, Suchet se dio cuenta de la debilidad del flanco izquierdo de sus contrincantes y mandó parte de su ejército contra esa zona, pero dando un amplio rodeo por Ribarroja, donde cruzó el Turia, mientras que algunos de sus generales hacían labor de distracción atacando sobre Mislata, para hacer creer que éste era el ataque principal.

El plan le salió bien al francés, que acabó rodeando a los aliados. Valencia, que por entonces tenía unos 100.000 habitantes, se presentaba como presa fácil, pues no tenía defensas modernas ni su población contaba con víveres para resistir.

El día 28, Blake intentó abandonar la ciudad por el puente de San José y el barrio de Tendetes con miles de sus hombres, pero sólo consiguieron escapar unos 500. Los franceses montaron sus baterías de cañones el 1 de enero de 1812 y tomaron las defensas exteriores de la ciudad el día 4. Blake ordenó concentrarse en las defensas interiores, pero el bombardeo se recrudeció a partir del día 6, con lo que el 9 vio que todo estaba perdido y decidió capitular y rendir Valencia sin necesidad de causar más víctimas.

Fue una de las más importantes derrotas españolas en la Guerra de la Independencia, precisamente en Valencia, que había sido de las que más habían resistido, y justo cuando se planteaba la fase final del conflicto, que acabaría con la salida de los franceses.

A los pocos días de su triunfo, Suchet, que ya era conde del Imperio francés, fue agasajado con la concesión del título de duque de la Albufera. Parece ser que intentó que se le nombrase duque de Valencia, sin conseguirlo, y tuvo que conformarse con lucir la efímera nobleza del lago, a pesar de que contaba con la colaboración interna de nobles valencianos y la mayor parte de la burguesía y del clero secular. No así de las órdenes monásticas, que fueron expulsadas y entre cuyos miembros hubo fusilamientos.

El nombramiento ducal de la Albufera corrió a cargo, naturalmente, del monarca del momento, José I, hermano de Napoleón, y fue anulado al volver al trono y a sus poderes, en 1814, el absolutista Fernando VII, por el tratado de Valençay.

 

(noticia, editada y mejorada, del pasado 13 de agosto)

Yessica.

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